Cerca de 300 indocumentados haitianos desplazados por el terremoto que el año pasado devastó su país están en la Amazonía brasileña a la espera de que las autoridades les permitan quedarse, informaron ayer fuentes oficiales.
Los 294 haitianos llegaron ilegalmente este año a la ciudad amazónica de Tabatinga, en la frontera con Colombia, después de un periplo terrestre, aéreo y marítimo que los llevó de su país a República Dominicana, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil.
El Ministerio de Justicia instruyó a la Policía Federal para que analice los casos de los antillanos y presente un informe que sirva como base al Consejo Nacional de Inmigración, organismo que decidirá el estatus de los inmigrantes para, en la medida de lo posible, evitar su expulsión, según la estatal Agencia Brasil.
Fuentes de la Policía Federal indicaron a Efe que "no existe todavía una instrucción de expulsión" de los haitianos en situación irregular y que la orden de las autoridades, desde el pasado 8 de febrero, es "censar y facilitar los trámites" migratorios por razones humanitarias.
En 2010, después del terremoto del 12 de enero y ante la gran cantidad de haitianos que llegaban al país a través de la frontera con Perú y Colombia, el Ministerio de Justicia autorizó a la Policía Federal a concederles visas temporales de refugiados.
El año pasado Brasil regularizó la situación de 475 haitianos, pero sólo en los primeros dos meses de 2011 el número de pedidos llegó a 294.
Según la información, el Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que la situación de los haitianos no está de acuerdo con la ley de inmigración brasileña, que reconoce sólo con el estatus de "refugiado" a los perseguidos por cuestiones de "raza, religión, situación política o violación de los derechos humanos".
"Los tratados internacionales y la legislación brasileña no prevén la condición de refugiado para personas que se desplazan de sus países en casos de desastre" natural, dijo la Agencia Brasil.
El presidente de la Asociación Nacional de Extranjeros e Inmigrantes de Brasil (ANEIB), Grover Calderón, dijo a Efe que los haitianos que están en la Amazonía "no encajan dentro de la ley para conceder un refugio", pero a su juicio el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff debería hacer "un gesto de civilidad".
"El año pasado Brasil concedió amnistía a 45.000 inmigrantes ilegales y 400 haitianos más no van a provocar un colapso en la economía", manifestó Calderón, de origen peruano y profesor de derecho internacional.
Según dijo, "existen normas jurídicas que los pueden amparar, como las visas especiales temporales por derechos humanitarios".
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